Calefacción

En muchos hogares modestos, el único medio de calefacción era la chimenea y el calor animal. Pero era posible transportar este calor desde el hogar para calentar ciertas áreas de la casa más cercanas a los ocupantes llevando brasas (brasero, jofaina, calentador de pies y manos, monje) o transfiriendo el calor a un sólido (ladrillo) o a un líquido (botella de agua caliente). Los medios de calefacción se diversificaron con la llegada del hierro fundido (pequeña estufa o salamandra aquí) en el siglo XIX y la electricidad en el siglo XX.