Durante mucho tiempo una frontera física y mental, el río de la Isla, con su navegabilidad y su amplitud permitida por la construcción de puentes en la década de 1830, fue un factor importante en la apertura a la modernidad de los territorios que atraviesa.
La mejora de las carreteras principales y secundarias a partir de los años 1840 y, sobre todo, la llegada del ferrocarril que une Burdeos y Périgueux en 1856 aceleró este proceso de integración del valle, pero también indirectamente de las mesetas forestales de su cuenca en los cada vez más lejanos circuitos de intercambio de productos.
La movilidad y la vida cotidiana de los habitantes se vieron así profundamente modificadas. Estos nuevos medios de transporte, cada vez más rápidos, permiten una nueva dinámica entre la ciudad y el campo, pero también una nueva percepción del espacio-tiempo en la vida cotidiana.
Ilustraciones:
– Fotografía del tren de Périgueux a la estación de Mussidan en el verano de 1898. Foto André Rigaillaud. Colección privada.
– Fotografía de la estación de tren de Périgueux en julio de 1899. Foto André Rigaillaud. Colección privada.
– Fotografía del tren de Ribérac en 1898 en la estación de Mussidan. Foto André Rigaillaud. Colección privada.
– Postal de los andenes de la estación de Mussidan alrededor de 1910. (© Musée André Voulgre)
– Postal de l’Isle, carretera y ferrocarril en Saint Front de Pradoux alrededor de 1900. (© Musée André Voulgre)
– Tarjeta postal del puente de los Musulmanes alrededor de 1910. (© Musée André Voulgre)
– Tarjeta postal de un cruce de ferrocarril en Mussidan en los años 20. (© Musée André Voulgre)