El Valle de la Isla

Desde los confines del Libournais hasta Périgueux y desde Ribérac hasta Bergerac, el río Isle y sus afluentes esculpen una región singular en la que se mezclan bosques profundos, acantilados blancos, valles herbosos y agua en todas sus formas. El agua sube por todos lados a través de manantiales, peines, arroyos y estanques para alimentar a la Isla. Estos cursos de agua cortan las mesetas sedimentarias, poniendo a su alcance recursos que han sido explotados a lo largo de los siglos (arena, arcilla, mineral de hierro, piedra caliza).

En este laberinto de bosques (La Double, Barade, Le Landais), los valles eran las vías de comunicación naturales. Gracias a la navegación de la Isla, la mejora de las carreteras y luego la construcción del ferrocarril que las subía, la región se abrió gradualmente al mundo exterior.

La cultura de esta región, fruto de más de 500.000 años de historia, ofrece múltiples caras, entretejiendo así un paisaje y terruños rurales, espacios naturales, un mundo occitano, una arquitectura de piedra y madera, un saber hacer por redescubrir.

¿Curiosidades en este territorio?

– Los estanques y sus terrazas del Doble y de los Landais

– La torre de Vésone en Périgueux

– Los manantiales milagrosos de La Veyssière en Eyraud-Crempse-Maurens y La Latière en Saint Aulaye.

– Las bastidas de Saint Louis en l’Isle y de Beauregard y Bassac.

– Los mercados de Montpon, Mussidan, Villamblard o Saint Astier.

Ilustraciones :

– Peregrinación a la fuente milagrosa de la Veyssière el 1er domingo de septiembre (© Musée André Voulgre)

– El estanque y su pilón en Saint Étienne de Puycorbier en el Doble (© Musée André Voulgre)

– El mercado de la ciudad bastida de Beauregard y Bassac (© Musée André Voulgre)

– Foto de una litografía del condado de Périgord en el siglo XVIII con el valle de la Isla en su centro (grabado Petitjean © Musée André Voulgre)