La detención de Fernande Escudié, estanquera en Montpon (16 de julio de 1943)

« Un día, volvía de Libourne. Mi madre me contó que allí había unos quince jóvenes y que, al no saber qué hacer con ellos, los había enviado a la orilla del río [la Isla], a un lugar lleno de arbustos. Algunos pasaron por St-Barthélemy-de-Bellegarde, otros por otros lugares. Unos días después, uno de estos jóvenes fue capturado. Indicó su ruta y el lugar por donde pasaba la línea. Me arrestaron el 16 de julio de 1943. Me llevaron a la gendarmería donde me interrogaron. No podía negarlo. Confirmé que había dado paso a personas refractarias, pero por supuesto no dije que pertenecía a la OCM (Organización Civil y Militar). Me llevaron a la estación de camino a Burdeos. Un inspector, que venía de Limoges, me dijo: « Señora, usted va a Alemania. Hay tres casos: uno en el que vuelves, otro en el que vuelves con un poco de suerte y otro en el que no vuelves. Visitó toda la casa. En el armario encontró un libro de misa. Preguntó si era mío. Le dije que sí. Me dijo que tenía suerte, porque me había tomado por un judío. Llegamos a Burdeos y me llevaron a un almacén. Era una habitación oscura. Me quedé allí una o dos noches. Entonces llegó una prostituta. Quería fumar, charlar… Luego me llevaron al campo de Mérignac. Mi hermano también fue detenido. Lo encontré en el campamento de Mérignac. Nos quedamos allí durante 15 días. Nuestra madre vino a vernos desde Montpon. Luego fuimos al fuerte de Hâ. Me quedé allí seis meses, porque estaba el asunto Grandclément y los alemanes estaban rastreando la red. Éramos 60 personas reunidas en una gran sala diseñada para 30 personas. Parece que entre nosotros había una oveja*. Cuando bajé a la sala de interrogatorios, fueron los alemanes quienes nos interrogaron. No me maltrataron, porque sólo participé en el paso de personas refractarias. Pero al final descubrieron que yo era miembro de la OCM.

* Informante encubierto.

Maletas con documentos secretos confiados por René Sénéchal (miembro de la red del Museo del Hombre) a la familia Malard

Raymond Malard: « Un día, René Sénéchal le dijo a mi madre que dejaba dos maletas y que volvería a por ellas en quince días. Nunca volvió. Más tarde, nos enteramos de que Sénéchal había sido capturado y fusilado. Guardamos esas maletas en el ático durante varios meses, quizá un año. Sospechábamos que había algo importante en las maletas, porque sabíamos lo que hacía, pero no sabíamos qué había en ellas. Mi madre decidió abrir las maletas. Encontramos planos de la base aérea de Estrasburgo, planos del Muro del Atlántico y otros documentos. Los dejamos en el ático, pero entonces nos dimos cuenta de que podrían habernos matado.